martes, 6 de abril de 2010

REPENSAR A VARGAS (I)

Quizás los planteamientos que estoy a punto de esgrimir causarán malestar, sobre todo en esa pléyade de “varguistas” que se han dedicado a enmudecer una visión que presente a José María Vargas como una cosa distinta a los endiosamientos que ha sufrido en los últimos cien años.
Repensar a Vargas significa colocarlo en su justa dimensión, la dimensión de un personaje que tuvo la dicha de nacer en esta tierra pero que su vida pública y privada estuvo bastante lejana de este puerto. Hoy pareciera que la única vinculación del eminente sabio con su Guaira natal fue, precisamente, el hecho de haber dejado aquí su cordón umbilical, el cual se perdió para luego ubicarse en otras tierras, donde desarrolló no solamente una fructífera vida académica, sino también, una dilatada carrera política que lo llevó, incluso, a ser el primer presidente civil de la Venezuela independiente.
El Estado Vargas, nombre puesto a esta entidad geopolítica por un grupo de personas, ignorando la existencia de otros valeroso “héroes” que nacieron, lucharon, construyeron y murieron aquí, pareciera haber desplazado nuestro verdadero gentilicio, el de ser guaireños. Este Estado nunca debió haberse llamado Vargas, no por desmerecer los enormes méritos que tuvo su epónimo, sino por mantener viva nuestra pertenencia a una región que sentimos en lo más hondo. O sea, se debió haber llamado Estado Guaira.
Ya es hora que comencemos a valorar, igual que valoramos la figura de Vargas, a quienes se atrevieron a construir un proyecto revolucionario que tenía la visión no sólo de transitar senderos de libertad, sino también, de enseñar a vernos como iguales más allá de los colores de la piel, cosa que, en contrario, sostuvo Vargas como uno de los proponentes de una Ley de Manumisión que profundizaba las desigualdades y sometía a los esclavizados a un oprobioso sistema que terminó, casualmente, el mismo año de su muerte, 1854.
Nos hemos acostumbrados a desfilar todos los 10 de marzo, el de este año no fue distinto. Cientos de personas se agolparán para ver pasar a niños, jóvenes y adultos en un desfile en honor a José María Vargas que nació en La Guaira, vivió entre Caracas y Valencia y murió en Nueva York. Yo soy uno de los que sueña con un desfile en honor al proyecto revolucionario gestado por José María España quien nació aquí, lucho aquí, soñó aquí y murió por haberse atrevido a intentar liberarnos desde aquí.

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