martes, 6 de abril de 2010

JOSE MARÍA VARGAS PRESIDENTE


Han transcurrido 176 años de las elecciones que llevaron a José María Vargas a la Presidencia de la República. Fue a finales 1834 y sucedió en el marco de un polémico proceso signado por la descalificación pública de uno de los candidatos que, a la postre, sería el primer presidente civil de una Venezuela en la cual, un sector de militares “héroes de la independencia” se adjudicaban la exclusividad en la conducción de los destinos del País.
Cinco fueron los candidatos en esa contienda electoral, tres militares (Carlos Soublette, Santiago Mariño y Bartolomé Salom) y dos civiles (Diego Bautista Urbaneja y José María Vargas). Este último a la primera de cambios, con menos posibilidades que el resto.
Vargas fue un candidato Sui Generis ya que desde el principio se negó a aceptar que el sector que lo proponía hiciera de él un presidente. Su argumento principal era que no contaba con las condiciones necesarias para conducir un gobierno con la fuerza suficiente para contener las ambiciones del sector militar. Este era una muestra del diagnostico objetivo que Vargas tenía sobre la situación política del tiempo que le correspondió protagonizar.
Muchos fueron los intentos de Vargas por evitar primero su candidatura y luego su elección. Es famosa una carta que envía a su hermano en la cual le pide, casi en tono de ruego, que interviniera ante sus amigos a fin de que desistieran en sus intenciónes de señalarlo como candidato; inclusive el 8 de Agosto de 1834, día en que se realizaron las elecciones primarias, hace publicar un manifiesto donde declina su candidatura.
Al mismo tiempo, Vargas era blanco de ácidas críticas por parte del sector adverso. Era tildado de aristócrata, y enemigo de los generales “héroes”, inclusive se le acusaba de extranjero y realista. Era criticado por haberse ocultado – y esta era una opinión generalizada en el sector militarista – al igual que todos los civiles, en momentos en que los militares morían en los campos de batalla. Algunos de estos señalamientos fueron admitidos por el médico guaireño.
Vargas tenía razón. Intentar acceder a los espacios de poder nacional sin el apoyo de quien garantizaba las posibilidades de gobernabilidad necesaria como lo era José Antonio Páez, fue un error fundamental. Buena parte del sector civil, expresado en los grandes propietarios de haciendas y comerciantes, apoyados en el sistema electoral vigente que privilegiaba para los sectores económicamente poderosos la posibilidad de sufragar, era su base electoral.
Todo parece indicar que Vargas se convierte en Presidente de la República aún en contra de su voluntad. La elección arrojó los siguientes resultados: Vargas 103 votos,
Soublette 45; Mariño 27; Urbaneja y Salom 10 votos cada uno. Como ninguno alcanzó la mayoría de los colegios electorales que establecía la Ley, correspondió al congreso el perfeccionamiento de la elección de la siguiente manera: Vargas 43 Votos y Soublette 14.
Antes de esa elección, la cual fue definitiva, Vargas envió una comunicación a las cámaras donde les ratificó su deseo de no ser candidato. El 9 de febrero de 1835, fue juramentado por el Poder Legislativo como Presidente constitucional de la República de Venezuela y, desde ese momento comienza un proceso destinado a su derrocamiento, el cual analizaremos en otro artículo.

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