jueves, 3 de noviembre de 2011

GARDEL PASO POR LA GUAIRA

GARDEL PASO POR LA GUAIRA

Corría el mes de abril del año de 1935, ya los corrillos pueblerinos hablaban de la grave enfermedad que padecía el benemérito Juan Vicente Gómez, pero nadie se atrevía a comentarlo en voz alta.

Eran tiempos en que una figura argentina se batía en el mundo de las artes y el espectáculo. Su voz, cálida y potente retumbaba en los salones en que mujeres y hombres se entregaban al vaivén de los acordes del bandoneón entre versos de tangos y milongas. Era Carlos Gardel.

Venezuela era un país rural recién iniciado en la era petrolera, el auge económico comenzaba asentirse. Nuestra Guaira contaba con una infraestructura turística envidiable en muchos países vecinos: dos baños, posteriormente llamados balnearios, para el disfrute playero en Maiquetía y Macuto; un tren de Caracas a La Guaira y otro eléctrico de Maiquetía a Macuto; un hermoso paseo con agradable brisa y buenas sombras proporcionadas por los uveros de playa y un enorme, lujoso y espectacular hotel: el Miramar.

Esa es La Guaira que recibió al “Morocho del Abasto”, cariñosamente llamado así por la fanaticada. Venía procedente de Puerto Rico y arribó en medio de una multitud de seguidores que vitoreaban su nombre y batían pañuelos. De allí se traslada al hotel Miramar y en el camino se detiene y comparte un par de canciones con sus seguidores y alterna con Paché Vargas, un cantante de tangos oriundo de Puerto Cumarebo, Estado Falcón.

En el Miramar sostiene un almuerzo con lo más granado de la sociedad del Litoral y se retira a una de las habitaciones a descansar. El lugar donde se ubica esa habitación quedó nombrada como “el balcón de Gardel” aún hasta estos días.

A las tres de la tarde partió rumbo a Caracas, pero la gran multitud que lo aclamaba le impidió el paso, lo cual ameritó ser desviado hacia la fábrica de vidrio, ubicada en terrenos donde hoy existe el Centro Comercial Litoral en Maiquetía, para de allí seguir la ruta tortuosa del tren.

Fue un viaje agotador, se dice que el tren tuvo que detenerse en varias oportunidades para que Gardel bajara a descansar y a refugiarse del calor agobiante, e incluso, para calmar los vértigos producidos por los profundos farallones propios del camino férreo.

Fue La Guaira, pues, uno de sus pasajes. Un año más tarde moría Gardel en medio de un accidente aéreo en la vecina Colombia.

1 comentario:

  1. ES QUE NO SABES NADA DE JUAN PUYA? PARIATA TE RECUERDA ALGO? WWW.JUANPUYA.COM.VE @JUANPUYA1958

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